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Curiosidades

Esta mujer creyó que la enfermera le había cambiado su bebé pero no fue así

“Me preocupaba su futuro. Envidié a otros bebés negros y pensé: ‘¿Por qué yo? ¿Por qué fui yo quien tuvo un bebé albino?”, se preguntó la madre, pero pronto logró apreciar la singular belleza de su hija.

Judith Nwokocha es una mujer que siempre deseó convertirse en madre, pero por diversas razones, su cuerpo no la dejaba. Intentó diversos métodos con su esposo y nada funcionaba. Pero nunca se dio por vencida.

Ocho años después de su primera ronda de fertilización in vitro, decidieron intentarlo de nuevo y tuvo éxito. Judith estaba esperando mellizos, lo que deseó toda su vida. De hecho, ya les tenía nombre: 

Kamsi, para el niño y Kachi, para la niña.

Pero la  alegría no duró mucho, la pequeña no estaba creciendo al mismo ritmo que su hermano y, a las 37 semanas, tuvieron que hacer una cesárea de emergencia porque la salud de Kachi se había deteriorado. Cuando fueron entregados a su madre, lograron ver la gran diferencia entre ambos.




Kamsi pesaba 2,7 kilos, mientras que Kachi pesaba apenas 1 kilo y medio, pero no fue tan solo eso lo que los hacía distintos: su color de piel era totalmente opuesto. Judith incluso pensó que la enfermera le había entregado el bebé de alguien más y que había habido una confusión, pero no fue así.

Estaba muy sorprendida, pero la alegría de ser a sus dos hijos a su lado fue mayor. Poco después tuvieron que llevarse a la pequeña a la UCI porque tenía que ganar algo de peso antes de irse a casa. Así pasaron 3 días y un doctor fue a visitar a la reciente madre.

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“Tu niña tiene albinismo”, le dijo. Judith jamás pensó en eso como una posibilidad y aunque amaba inmensamente a Kachi, empezó a preocuparse por su condición.

“Comencé a cuestionar a Dios, preguntándome por qué me pondría en tal situación. Me preocupaba su futuro, cómo la trataría la sociedad, cómo sería aceptada, etc. Envidié a otros bebés negros y pensé: ‘¿Por qué yo? ¿Por qué fui yo quien tuvo un bebé albino? ¿Cómo conseguí gemelos blanco y negro?”, dijo la madre.




Esa sensación de preocupación duró hasta que los gemelos cumplieron un año, cuando su visión cambió. “Empecé a ver la belleza en su condición. Empecé a admirar su cabello dorado, sus ojos marrones, sus labios rosados ​​y todo sobre ella. Me di cuenta de lo atractiva que era para la gente”, indicó

“No cambiaría su condición ni por un millón de dólares porque ella es perfecta para mí en todos los sentidos. El albinismo puede tener sus desafíos, pero le estoy enseñando a ser fuerte y conquistar lo que se le presente”, finalizó Judith.

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