“Comencé a cuestionar a Dios, preguntándome por qué me pondría en tal situación. Me preocupaba su futuro, cómo la trataría la sociedad, cómo sería aceptada, etc. Envidié a otros bebés negros y pensé: ‘¿Por qué yo? ¿Por qué fui yo quien tuvo un bebé albino? ¿Cómo conseguí gemelos blanco y negro?”, dijo la madre.