A los 8 meses, la extenista volvía a compartir una preciosa imagen en la que podíamos ver lo mucho que había crecido
Mary… Sentadita y preciosa con ese pelito rubio y esos ojazos azules, hacía las delicias tanto de su padre, que la llamó “mi corazón”, como de sus tías Victoria y Cristina, que la describieron como un “ángel” y “demasiado preciosa”… ¡Mira cuánta razón tenían!