La pequeña Ember Moonlight nació tras 26 horas de trabajo de parto, pesó 1,81 kilos.
“Era más bonito de lo que nadie hubiera imaginado. Y esa es probablemente la razón por la que Jesús la llevó a casa tan rápido. Vivió una preciosa hora y seis minutos fuera del útero. Cuando fue al cielo, las palabras de Ann fueron claras: ‘valiste la pena’.
Nunca he llorado tanto. Nunca había peleado tan intensamente. Nunca había orado tan profundamente. Ya no soy el mismo.
Mi familia ha cambiado para siempre. El mundo no olvidará nuestra ardiente Ascuas, tan diminuta, tan brillante, tan poderosa”, dijo el padre.