Actualmente existe la peligrosa tendencia de juzgar a las amas de casa. El 8 de marzo se conmemoraba el día de la mujer trabajadora, excluyendo a todas aquellas madres que cuidan de sus hijos en casa. Ellas, que se dedican en cuerpo y alma al hogar y a los niños, también son mujeres trabajadoras.Lamentablemente, la conmemoración tiene una una historia muy trágica detrás. Ese día, en 1911, un gran grupo de mujeres obreras moría en un incendio de una fábrica textil. Lo único por lo que luchaban era por la igualdad, o mejor dicho, el reconocimiento de sus derechos.Su meta era conseguir mejoras laborales, sin importar su género o su condición. Hoy en día, su implicación se rememora en esta fecha como símbolo histórico del feminismo.Ahora bien, ¿es lícito considerar que aquellas madres que dedican su vida al hogar no son
también dignas de celebrar este día?Definitivamente, no. Aquellas que decidieron y eligieron eso para su vida merecen igual reconocimiento que quienes optaron por profesionalizarse, descartando o no la maternidad. El cuidar de una casa y una familia también es una ardua tarea, que no tiene remuneración y que nunca termina.