Como ya mencionamos, hay rezagos en cuanto a algunos sectores de menores que difícilmente son adoptados. Tal es el caso de los niños mayores, ya que quienes quieren adoptar, se inclinan por lo general por un recién nacido, negándole incluso la adopción a niños de entre tres y cinco años. Ni qué decir de los niños mayores de seis años, quienes, al cumplir esta edad, son más propensos a vivir institucionalizados por la falta de conocimiento de los padres adoptivos que piensan que no podrán adaptarse a su estilo de vida o que no podrán sanar vivencias pasadas.
Otro grupo sería el de los discapacitados, quienes, desde nacidos, experimentan el rechazo de sus padres biológicos, así como de la sociedad.
Un sector también vulnerable son los grupos de hermanos, en tanto se prefiera separar que adoptar a más de un pequeño.